Sankarsana, señor de las serpientes, sostén del universo.

"Cuando una persona que desea con mucha sinceridad liberarse de la vida material escucha las glorias de Anantadeva, y, como resultado, medita constantemente en Saṅkarsana, entonces el Señor entra en lo más profundo de su corazón, y allí destruye toda la contaminación de las modalidades materiales de la naturaleza y corta en pedazos el fuerte nudo del corazón, que desde tiempo inmemorial se ha ido apretando cada vez más debido al deseo de dominar la naturaleza material por medio de las actividades fruitivas."


Residencia, morada de Sankarsana
Aproximadamente a 385.000 kilómetros por debajo del planeta Patala [hemos hablado sobre planetas celestiales inferiores en este enlace] vive otra encarnación de la Suprema Personalidad de Dios; se trata de la expansión del Señor Visnu conocida con el nombre de Ananta, el Señor Saṅkarsana. Su posición es siempre trascendental; pero debido a que es adorado por el Señor Siva, la deidad de tamo-guna, la oscuridad, a veces recibe el nombre de tamasi. El Señor Ananta es la Deidad regente de la modalidad material de la ignorancia, así como del ego falso de todas las almas condicionadas. Cuando el ser viviente condicionado piensa: «Yo soy el disfrutador, y este mundo está hecho para mi disfrute», es el Señor Saṅkarsana quien le dicta ese concepto de la vida. De ese modo, el alma condicionada cree ser el Señor Supremo.


Concepto de aniquilación del Universo
Este gran universo, que reposa sobre una de los miles de capuchas del Señor Anantadeva, es como una semilla de mostaza blanca. Comparado con la capucha del Señor Ananta, su tamaño es infinitesimal.n el momento de la devastación, el Señor Anantadeva cuando desea destruir toda la creación, se irrita ligeramente. Entonces, de Su entrecejo surge el Rudra de tres ojos, que lleva un tridente. Ese Rudra, conocido con el nombre de Saṅkarsana, es la personificación de los once Rudras o encarnaciones del Señor Siva, y aparece para destruir toda la creación.

Descripcción de Anantadeva / Sankarsana
El Señor Saṅkarsana es el océano de ilimitadas cualidades espirituales; por ello se Le conoce con el nombre de Anantadeva. Él no es diferente de la Suprema Personalidad de Dios. Reside en Su morada, conteniendo Su ira y Su intolerancia para bien de todas las entidades vivientes que pueblan el mundo material.

Las rosadas y transparentes uñas de los pies de loto del Señor son como piedras preciosas pulidas como espejos. Los devotos puros y los líderes de las serpientes ofrecen con gran devoción reverencias al Señor Saṅkarsana, y se llenan de alegría al ver la hermosura de sus propios rostros reflejada en las uñas de Sus pies. Al contemplar la hermosura de esos rostros, de mejillas adornadas con pendientes deslumbrantes, la vista se complace extraordinariamente.

Los brazos del Señor Ananta son atractivos y largos; están adornados con bellas ajorcas y son completamente espirituales. Su color blanco les da el aspecto de columnas de plata. Cuando las hermosas princesas de los reyes serpientes, con la esperanza de obtener la auspiciosa bendición del Señor, ungen Sus brazos con pasta de aguru, pasta de sándalo y kuṅkuma, el contacto con Sus extremidades despierta en ellas deseos lujuriosos. El Señor, comprendiendo sus pensamientos, las mira con una sonrisa misericordiosa, y ellas, al darse cuenta de que Él conoce sus deseos, sienten vergüenza. Entonces contemplan con hermosas sonrisas la cara de loto del Señor, que muestra la delicia del amor por Sus devotos y está embellecida por Sus ojos rojizos, que se mueven suavemente bajo el efecto de la embriaguez.

Beneraciones al señor Sankarsana
Los semidioses, los demonios, los uragas [semidioses con forma de serpiente], los siddhas, los gandharvas, los vidyadharas y muchos sabios gloriosos ofrecen constantes oraciones al Señor. Debido a la embriaguez, el Señor parece confuso, y Sus ojos, con aspecto de flores en todo su esplendor, se mueven inquietos. Él complace a Sus acompañantes personales, los semidioses principales, con los dulces sonidos que emanan de Su boca. Vestido con ropas azules y adornado con un solo pendiente, lleva sobre la espalda un arado, que sostiene con Sus dos manos, hermosas y bien formadas. Es tan blanco como Indra, el rey celestial, y ciñe Su cintura con un cinturón dorado; alrededor del cuello lleva un collar vaijayanti de flores de tulasi siempre frescas, cuya fragancia de miel embriaga a las abejas que zumban dulcemente a su alrededor, realzando cada vez más la belleza del collar. De ese modo, el Señor disfruta de Sus muy magnánimos pasatiempos.

"Esta manifestación de materia densa y sutil existe dentro de la Suprema Personalidad de Dios. Él, por Su misericordia sin causa hacia Sus devotos, manifiesta diversas formas, todas las cuales son trascendentales." El Señor Supremo es sumamente generoso, y es el amo de todo poder místico. Para conquistar las mentes de Sus devotos y dar placer a sus corazones, adviene en diversas encarnaciones y manifiesta infinidad de pasatiempos.

El Señor es ilimitado, y, por lo tanto, nadie puede calcular Su poder. Todo este universo, con todas las grandes montañas, ríos, océanos, árboles y entidades vivientes que lo pueblan, es como un átomo que reposa sobre una de Sus muchos miles de capuchas. ¿Quién podría describir Sus glorias, aun teniendo miles de lenguas?
"Las grandes y gloriosas cualidades del poderoso Señor Anantadeva no tienen fin. En verdad, Su poderío es ilimitado. Además de ser autosuficiente, es el sostén de todo. Él tiene Su morada por debajo de los sistemas planetarios inferiores y sostiene todo el universo sin dificultad."

El Srimad Bhagavatam | Canto 5 | Capítulo 25: Anantadeva / Sankarsana.