Ganesha, dios de la inteligencia.

Ganesha (‘señor de los gaṇas’) hijo de la diosa Párvati y el dios Shivá. Se le considera el dios de la sabiduría, de los caminos y de las letras. Su montura (vájana) es un ratón. Normalmente es representado con cuatro brazos, gran barriga y cabeza de elefante. En la India se cree que el elefante es na animal de notable inteligencia. Por lo tanto, el dios con cabeza de elefante se considera como el más inteligente de los dioses.



Con su vientre rechoncho y aire bonachón, sus cita la simpatía popular. Protege el hogar y trae suerte en las empresas comerciales. Ganesha también es la divinidad de los estudios y de los intelectuales. (poderes muy similares a los de Sarasvati)
Así mismo, representa la armonía entre el hombre y el universo en una simbiosis perfecta. Este dios sonriente siempre aparece acompañado por su montura. La fuerza del elefante queda así asociada a la habilidad del minúsculo roedor, una alianza inédita destinada a vencer todos los obstáculos de la existencia.

La pérdida de la cabeza de Ganesha:

Párvati, esposa de Shivá, lo concibió con el guardia de su puerta. Cuando nació Ganesha, el hijo de Parvati demostraba un gran amor filial, una absoluta sumisión a las órdenes de sus superiores. Ocurría a veces que la diosa deseaba quedarse sola en su palacio. Entonces colocaba al buen Ganesh al lado de la puerta, diciéndole que no dejara pasar a nadie sin su autorización. Así tenía por seguro que nadie la molestaría sin su consentimiento.

Pero un día Shiva, que deseaba ver sin tardar a su esposa, quiso entrar en el palacio de la diosa. Ganesha, que siempre respetaba la consigna, preguntó por la autorización que debía tener de su madre; y al ver que su padre no la tenía, le negó la entrada. Furioso, Shiva sacó su espada y con un solo golpe hizo saltar la cabeza de su hijo. La cabeza rodó por una pendiente, desapareció y sólo quedó delante del palacio el cadáver decapitado.

Párvati quedó sumamente afligida y asolada. Entonces Shivá, no pudiendo soportar la tristeza de su esposa, prometió sustituir la cabeza del recién nacido por la del primer ser vivo que oportunamente pasara por delante en su amplia selva. Y pasó un elefante... el único ser vivo, recién nacido, que no estaba a los regazos de su madre. El único ser vivo que cumplía los requisitos fue este elefante, ya que éste deja a sus crías solas.



La celestial figura de Ganesha:

La figura de Ganesha es un arquetipo cargado de múltiples significados y simbolismos que expresan un estado de perfección  así como los medios para obtenerla. Ganesha de hecho es el símbolo de aquel que ha descubierto a la divinidad dentro de sí mismo.

El representa el perfecto equilibrio entre las energías masculina y femenina (Shiva-Parvati), entre fuerza y bondad y entre fuerza y belleza. También representa la capacidad discriminada que otorga la capacidad de percibir las distinciones entre la realidad y la ilusión, entre lo real y lo irreal.

En términos más generales ya que Ganesha elimina todos los obtaculos de nuestro camino material y espiritual, es considerado por todos los Hinduistas como el dios de la buena suerte quién otorga prosperidad y fortuna en todos los ambitos de nuestra vida.

Es por ésto que se le invoca ántes de iniciar una actividad importante, ya sea mundana o espiritual, para que todo obstáculo sea eliminado y la buena fortuna se alcance fácilmente en todo lo que se realice, claro esta que esto solo sucede si lo que se desea alcanzar es bueno y puro, ya que de otra forma sera Ganesha mismo quien a traves de todas las huestes celestiales que existen y que estan a su cargo ponga todo tipo de obstaculos e impedimenteos para que no se realice o alcance nada que sea para fines egoistas, dañino para nosotros mismos o para los demas o simplemente no auspicioso. De esta misma forma Ganesha nos protege de todo ambiente de negatividad, violencia, envidia u odio si se le invoca con este fin.
Invocación al señor Ganesha:

Oh, Señor Ghanesa del tronco curvo y el cuerpo masivo, cuyo esplendor es igual a millones de soles, por favor bendíceme de modo que yo no afronte ningún obstáculo en mis esfuerzos.

El Señor con cara de elefante, servida por todo el Ganas (entidades), Uno que toma como su alimento la esencia de Kapitta y Jamboophala, hijo de Uma, destructor de la miseria de los devotos, el regulador de obstáculos, nosotros Te adoramos a Tus Pies de Loto.

Meditamos en el Señor Ganesha - quien va vestido de blanco, quien penetra todo, cuya tez es cana como la de la ceniza, que tiene cuatro armas(brazos), quien tiene el semblante luminoso y puede destruir todos los obstáculos.


Gajaananam bhootha ganaathi sevihtam
Kapitha jambu bhala saara bhakshitham
Umaasutham shoka Vinaasha Kaaranam
Namaami vigneshwara Paadapangajam
Ganesha frente al demonio Kaiamuhan:


El demonio llamado Kaiamuhan, al que los dioses habían bendecido con la inmortalidad, merced a sus penitencias, estaba asolando el mundo. Cuando el demonio obtuvo esa bendición no respetó a nadie y comenzó a herir a los dioses y a otros seres.

Para humillarlos el demonio les ordenaba que se pusieran de pie ante él y que golpearan sus frentes con las manos cruzadas (es decir, entrelazando los nudillos de los dedos). También les obligaba a sentarse y levantarse mientras tiraban de sus orejas con brazos cruzados.

Como estaba causando tantos problemas, los dioses fueron a quejarse al Señor Ganesha, hijo del dios Shiva. Él les prometió que destruiría a Kaiamuhan, y entonces fue a enfrentarse con el demonio.

Kaiamuhan sacó su arco y su flechas, pero Ganesha destruyó las flechas arrojando una de las armas que sostiene en una de sus manos y así inmovilizó a todo el ejercito del demonio. Esto hizo que Kaiamuhan montara en cólera y entonces utilizó contra Ganesha todas las armas que tenía y que había obtenido en virtud de sus penitencias. Pero en lugar de dañar a Ganesha, las armas giraban entorno a él y caían al suelo inofensivamente.

Ghanesa rompió uno de sus colmillos y lo lanzó contra el demonio, que se desvaneció ante el impacto de esta poderosa arma. Pero como había obtenido la bendición de la inmortalidad no murió, sino que se convirtió en una enorme rata. Así, Ganesha se sentó sobre esta gran rata y la adoptó como su vehículo.

Por ende, es totalmente normal ver ilustraciones o estatuas de Ganesha montando sobre la rata; lo cual es un poco insólito, sobre todo por la diferencia de tamaño. El significado espiritual de la rata es que representa a los deseos mundanos, los cuales Ganesha es capaz de gobernar a su antojo.

Es así como desde la victoria sobre el demonio, y como forma de agradecimiento, cuando la gente veía a Ganesha empezaba a hacer los mismos gestos que el demonio les había obligaba a hacer a ellos para ridiculizarlos. De esta forma, esos gestos se convirtieron en una forma de rendirle culto a Ganesha, una forma que se mantiene hasta hoy.




La leyenda de Ganesha y la luna

Un día, un gran número de sus adoradores habían querido ver al dios y le habían traído manjares exquisitos. Ganesha había comido de todo y además se había hartado de bombones. Pero no le fue posible digerir todo cuanto se había tragado. Por la noche se sentía algo indispuesto y decidió dar un paseo.

Aquella noche había un maravilloso claro de luna y el aire tenía una suavidad encantadora. Pero de pronto en medio del camino una gran serpiente empezó a desenroscarse. Encima del cuello, que tenía muy tieso, la cabecita triangular que se erigía parecía plateada bajo los rayos de la luna. Sin duda el animal no tenía ninguna mala intención y sólo deseaba que lo admiraran; pero la rata se asustó terriblemente.
Se sobresaltó tanto, que hizo perder el equilibrio al dios. Ganesha se cayó y al caerse sintió estallar su barriga demasiado repleta y vio rodar todos los bombones que se había tragado durante aquel día.

La serpiente curó la llaga de su abdomen, juntó los dos lados de la herida y los mantuvo apretados con ayuda de un cinturón improvisado; la serpiente que había ocasionado aquel accidente servía ahora para reparar sus consecuencias.

Contento de verlo todo arreglado, Ganesha volvió a montar en su rata.
Pero en aquel mismo momento se oyó una inmensa risa. Levantando la cabeza, el dios vio la luna, cuya cara redonda estaba sacudida por una gran alegría.
-¿Por qué te ríes? -le gritó Ganesha.
-¿Y por qué no lo haría? -le preguntó a su vez la luna- ¿Te das cuenta de lo divertido que resultó el espectáculo que acabo de presenciar? Amigo, estabas ridículo, con tu ancha panza estallada, tu serpiente, tu rata y tus bombones rodando por el suelo.
-¡Malvada! ¡Luna cruel! Presencias un terrible accidente aún te atreves a reír.
Y el dios con cabeza de elefante, sacando uno de sus colmillos, lo tiró y logró romper parte del rostro luminoso de la luna. Al mismo tiempo pronunciaba palabras de maldición:
-¡Te maldigo, astro cruel! A partir de hoy, todo tu esplendor desaparecerá en ciertos momentos. Luego volver s a dejarte ver, pero sólo con una parte de tu cara; ésta se redondeará poco a poco, pero volver a partirse y a desaparecer... Mientras haya hombres, de ti se burlarán todos.
La mejor prueba de que este relato es verídico es que la luna pasa por las fases descritas en las maldiciones de Ganesha.
De ahí una de las leyendas que hacen alusión a las etapas de la Luna.